miércoles, 13 de marzo de 2013

Diálogo vegetal


-¡Qué hongo ese chicozapote!

-¡Naranjas dulces, chabacano... qué uvas!


-Pos acá, fresco como una lechuga, nomás que con el pepino bien durazno.


-No maíz, tu membrillo... y eso?


-Es que acabo de ver a Chayo y ya ves que se puso bien bellota.


-Ciruelas, tiene buenos melones, yo sí andaba dejando que me pelara la banana.


-Pero es bien fresa, nomás te calienta la berenjena y no presta la papaya la muy grosella. 


-Es que para agarrarse a una coliflor así, hay que tener buenos kiwis y ser un mangazo bien mamey como yo. ¡Y tú estás repollo!


-Ay habas, mejor pélame la yuca! Si luego te agarras a pura espinaca, hasta viejas remolachas. Pa' mi que me tienes endibia.


-Jaja no te enojes, mejor vamos a la taberna y tomate unos al coles de bruselas conmigo, cebolla a invitar una piña colada.


-Yo prefiero unas nochebuenas y no me hinojo, pero al chile! ya bájale a tus zumos o te rompo la mandarina en gajos.


-Oh, es pera un rato, la neta sí estás del nabo pero igual cuando menos lo imagines papas! Le truenas el ejote.


-Ya níspero nada, al cardo que esa hija de la guayaba ni ha de querer naranjas conmigo.


-No te aplatanes, ya verás que sí te la limas.


-Eso es puerro. Lo voy a intentar de nuez. Me cae que me he de comer esa tuna, aunque me espine la verdolaga.





Come frutas y verduras.

jueves, 3 de enero de 2013

Evol

Eres el recuerdo que se escurre por los ojos, estos ojos negros que derraman tristeza que sabe a sal. Eres el exceso de nostalgia rebasando el límite, evaporándose como un alma que se va al más allá. Ausencia de color, obscuridad sin sueño, nublazón de invierno. Dificultad al respirar. Eres la mala noticia que arruina el día (que nunca vuelve a ser igual), que se repite sin parar porque el sentido se detuvo sin saber a donde ir.

Perdonar sin olvidar, destrucción. Corazones rotos que no se dejan remendar. El vacío al despertar, las ganas de no ir a trabajar y la irresponsabilidad que corre por mis venas. Órganos rotos, juventud desperdiciada y vicios. El futuro incierto que me acecha y su breve distancia. El orgullo que desayuno al despertar, cuando te amo, cuando te busco, cuando me quedo sin respuestas. El miedo a perderte que me hace dudar. Dudar de mí, dudar de ti, dudar de todos. En tu maleta se fue mi confianza y el poco de seguridad que no supe guardar. El deseo que se empaña cuando imagino lo que hiciste. Soledad amarga, nicotina y alcohol. Resacas permanentes. Negación. Breves lapsos de inconsciencia. Pérdida de las nociones del tiempo, del espacio, del propio yo. Aparentar que todo está mejor. A veces me paro frente al espejo y tan solo veo el vacío que dejaste al partir.

Eres el recuerdo que se escurre por los ojos, estos ojos que no duermen por perderse en la nada cuando pienso en ti, cuando comprendo que ya no estás.