miércoles, 19 de diciembre de 2012

Incompleto

Lo peor de sentirse incompleto es cuando te acostumbras a ser tan solo una fracción de eso que pretendías llegar a ser.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Vegetal

Aún me asombra mi capacidad para perder el tiempo. Es como un ciclo infinito que empieza con la desidia y termina con la culpa. Y se me ocurre que debo tener cuidado con la historia pues suele repetirse. Los mismos errores, uno tras otro, diferentes escenarios pero la sensación de fracaso es inconfundible. Y luego de la motivación externa, viene la negación, te vuelves un desastre a la defensiva. Ese error se alimenta de ti como un parásito al cual peligrosamente toleras. No hay peor ciego que el que cría cuervos y luego se echa a dormir. El tiempo es un turista que tan solo está de paso y es de los que no regresan nunca. A veces pienso que he perdido la habilidad de avanzar y hasta puedo sentir las raíces en mis pies. No estoy perdido, sé donde me encuentro. Pero también sé que podría perderme un poco para poder reencontrarme conmigo mismo. Aún no sé que es lo que espero.

viernes, 18 de mayo de 2012

La vida

La vida es una eterna búsqueda, los inesperados hallazgos la dulce recompensa. Ojalá algún día me encuentres, aunque nunca me hayas buscado.

viernes, 13 de abril de 2012

Nada

Tú, que tan solo eres el silencio que antecede a una mentira. Una mirada perdida, una sonrisa rota. Un destello de luz al medio día. Nada.

domingo, 8 de abril de 2012


Recuerdo cuando querías escaparte conmigo, pero terminaste escapándote con alguien más. Luego comprendí, lo único que querías era escapar.

lunes, 2 de abril de 2012

Mañanas sin luz.

Lo malo de mi pesimismo es que no es en serio. La esperanza es una silueta borrosa deambulando en una espesa niebla. Es un corazón herido que intenta sobrevivir. Los corazones rotos siempre sangran de vez en cuando. Los corazones rotos se desmoronan con el tiempo, no se hacen más fuertes como la gente dice. Ruinas de lo que alguna vez fue un templo sagrado. Ese templo en el que solías vivir antes de mudarte. Y es bien sabido que el abandono produce severo deterioro. No hay a dónde ir cuando no se tiene ni la menor idea de dónde estás parado. No le escribí una canción a tu partida. Solo hubo silencio de fondo. Aún no he podido expresar esta enferma sensación. Lo sé, todos tienen derecho a equivocarse. Yo lo he hecho mil veces más antes que tú. No espero que el destino me compense. No espero nada. Es esta carencia de intenciones lo que me tiene en el hueco en el que estoy. Lo trivial, lo cotidiano, lo hago automáticamente. Estoy perdiendo la lucidez del momento en el que vivo por estar pensando en ti. Yo no vivo aquí, yo no vivo allá contigo. Yo estoy en el limbo. Solía pensar que hablar contigo después de haber intentado borrarte de mi vida, era más parecido a una sesión espiritista. Pero el muerto siempre fui yo. Soy demasiado aferrado. Intento creer que hasta las cosas más podridas, aún tienen salvación. Lo sé, estoy pecando de ingenuo.

jueves, 16 de febrero de 2012

Lo peor de todo


Es extraño habitar la realidad sin ti, los colores cambian a un tono menor y el sonido ambiental se vuelve opaco, como si proviniera de un cuarto oscuro a lo lejos. Intento acostumbrarme a la idea de perderte, pero no logro asimilar a mi deseo extrañándote, llorándote y finalmente olvidándote. Todo es tan simple. Las cosas suceden por algo y sencillamente tienes "algo" más importante que hacer allá, a donde te vas. Hoy mi percepción del tiempo se deteriora y pienso que ya no estás aquí, aunque aún no te hayas marchado. Anticipadamente te extraño y distraído, ignoro tus últimas palabras por pensar que será de mí cuando te vayas. Lo peor es que te necesito para saber que todo va a estar bien, porque por ti descubrí algo del valor que aún llevo dentro. Eres el espejo de las cosas buenas que hay en mí. Pero inevitablemente te alejas y no logro convencerme de evitarlo, por esa tonta manía de pensar tantas veces las cosas antes de hacerlas. Te vas para hacerme tanta falta, para volverte casi inalcanzable, para descontrolar mi mundo de ideas inflexibles y obsesionarme con tu vivo recuerdo. Lo peor de todo es que cuando no estás, el ausente soy yo.