lunes, 28 de diciembre de 2009

Común denominador.


Cuando empiezas a cuestionar el valor o sentido de las cosas, comienzas a darte cuenta que en realidad todo es subjetivo. Sabemos que existe el sentido común, pero hay cosas que tienen diferente valor para cada uno. Somos diferentes unos de otros, claro está. Somos diferentes y cada quien tiene su propia opinión de las cosas. Y el hecho de enfatizar con voz alta o palabras domingueras un punto, no significa estar en lo correcto o ser mejor o peor persona por hacerlo. No todos tenemos el mismo nivel de comprensión para descifrar pensamientos abstractos. Es posible que una idea que podria salvar al mundo, al no ser expresada de la manera menos complicada, podría llegar a nunca ser comprendida. Estamos inmersos en un mar de contradicciones, de ignorancia, de oscuridad... el radio de nuestra luz no nos permite correr muy lejos. Siempre es la mala comunicación. La indiferencia que nos divide. El egoísmo que no deja que invadan nuestro espacio. Por eso sufrimos de soledad al vivir entre millones de personas. Por eso tenemos miedo de morir solos. Por eso morimos solos.


Nos cuesta tanto entender que nada más estamos de paso y nos da tanto miedo partir. Lo que siempre tendremos en común con las demás formas de vida existentes es la inevitabilidad de nuestro fin. Lo único verdadero es el dolor, aunque todos lo sintamos de diferente forma.

lunes, 19 de octubre de 2009

Juego de poder


Estamos abogando por la idea de un nuevo orden en el mundo. Hemos aprendido a vivir en austeridad y a volvernos conformistas. A aceptar y adaptarnos para sobrevivir, para evolucionar si es necesario. Somos expertos en tolerar injusticias. La tristeza en nuestra mirada es el pan de cada día, las sonrisas fingidas durante el festejo. Celebramos 200 años de nada. Celebramos para olvidar nuestras penas. Si nos va peor, nos tranquilizamos y pensamos que todo va a estar bien después. Nos vamos de compras para llenar el vacío en nuestras vidas. Nos endeudamos y lo pagamos todo a crédito y aún así llegamos a pensar que le llevamos ventaja a nuestros proveedores de basura, cuando no estamos obteniendo ningún beneficio o ganacia. Somos devotos pero no creemos realmente en nada, pues la fé también es fingida. Estamos rentándolo todo, porque no tenemos nada. Pero en realidad nos están cobrando por todo lo que de por sí nos pertenece. Estamos en los extremos, tratando de disimular el alto contraste... tratando de fingir que no somos pobres, queriendo ser de "sociedad"... queriendo vivir como la televisión nos dicta: Poder adquisitivo, un buen departamento, muebles bonitos, decoración vanguardista, ropa de diseñador, american express, un auto decente, una novia hermosa que puedas lucir, amigos atractivos, fiestas, playa, hoteles, viajes, cenas, primer mundo. Somos el sueño de cualquier timador. Vivimos nuestra vida cotidiana entre la publicidad, las falsas garantías de créditos imaginarios y los sueldos bajos. Somos consumidores. Somos superficiales en el fondo. Somos los nativos que han perdido la identidad cultural, la cruza de razas, el perro corriente... los chicos wannabe, los spanglish guys, los fucking wetbacks, goddamn beaners, los jardineros, los sirvientes, el patio trasero de un país que no es el nuestro. Estamos quejándonos de todo porque no nos tocaron migajas. Estamos muy enojados. Pero nos tienen, nos conquistan de nuevo con una pequeña muestra de atención o reconocimiento. Nos controlan porque somos muy ingenuos, porque hemos crecido bajo un orden rancío, con la educación caduca que brinda el estado, porque nuestra edad mental no fue estimulada correctamente. Porque para nosotros es más importante el dinero y todo lo que tiene que ver con él. Y los que tienen un poco más, se creen mejores personas. Todo está tan mal distribuído. Vivimos en un absurdo... odio, separatismo de razas, de clases, género, de todo. Todo está ordenado por categorías... y nosotros somos la más baja. Cuando nos dejan caer las malas noticias, desvíamos la atención hacia cosas más simples (fútbol, fechas célebres, televisión, etc) y fingimos que todo va a mejorar en algunos dias. Nos han criado para ser cobardes, aparentar que somos fuertes y que nos vale madres todo. Pero somos pequeños y tenemos miedo. Y quien tiene el poder nos amedrenta, nos intimida con todos sus recursos disponibles... y nosotros, individualmente, somos tan frágiles. Y no sabemos que hacer, aunque todos sabemos que no falta mucho para que las cosas cambien. Somos bombas de tiempo. Y el valiente vive hasta que el cobarde quiere.

viernes, 21 de agosto de 2009

No grace.

¿Estarías más satisfecha si me hubiera roto algún hueso o hubiera ido a darle su merecido al pendejo que me golpeó el carro?, últimamente siento que te enojas conmigo porque crees que estoy de más en tu casa. Me pregunto si no es suficiente ya el simple hecho de despertar cada día sintiéndome una mierda, por no conseguir nada mejor en la vida. El trabajo peor pagado, el gusto por el ingrato rock y la indiferencia por la vida. Puras indecisiones... ya sé que no he sacado el título, que no soy profesional, que no tengo muchas posibilidades en el mundo laboral, que no tengo muchas posibilidades en el mundo real. Pero tú no me ayudas mucho en esto y cada vez que tienes oportunidad me recuerdas que estoy fracasando de manera colosal. ¿Y de cualquier manera, qué puedo hacer? Si pudiera detener el tiempo para componer las cosas antes de retrasarme más en el trabajo, en la casa, en la vida... ya lo habría hecho. No me esperes cada que vayas a hacer algo más, ocúpate de tus asuntos y deja que yo me vaya por mi cuenta. Soy un hombre, no necesito cuidados especiales. Me siento de sobra en tu vida, pero cuando me hagas falta me voy a revolcar obsesionado por todo eso que no pude darte, por todo eso que quise conseguir solo para que te sintieras orgullosa. Llorar por ti es cosa común, pensar en ti durante las películas conmovedoras que se tratan de las cosas importantes de la vida es inevitable. Nuestra relación no es totalmente sincera, ni tú me dices todas las cosas que odias de mí, ni yo puedo precisar las palabras para expresarte cuanto te quiero. Todas las cosas que debo pasar para que me preguntes sobre lo que me preocupa. Si me ves angustiado bien sabes que no es tu culpa, pero solo tú podrías prestar suficiente atención al momento de desahogarme. Ya todo mundo sabe que no quiero buscarme más desengaños y qué siempre me muevo al margen de todo, ya todo mundo está aburrido de que yo exponga mi punto por esa estúpida manía de que todos creen tener la razón y te consideran el imbécil más grande solo por expresar lo que necesitas decir ciertas veces. El mundo es cruel, pero no tanto como lo puedes ser tú en ocasiones. Solo siento que estaré haciendo las cosas correctas cuando me vaya de aquí. Cambiar de espacio, cambiar de costumbres, de aspiraciones, de gente... ya lo sé que me voy a morir solo. Siempre me pregunto por qué todas mis pasiones las escondo de ti. Por qué no puedo enseñarte algo que hice, por qué no puedo mostrarte esas cosas en las que pongo el corazón. Debe ser el miedo a tu disgusto. Cada vez me vuelvo más reservado cuando estoy contigo. Cada vez expreso más cosas al aire. Cada vez me siento más solo y cada vez más con menos remedio. Supongo que debe ser normal. Todo el tiempo he pensado que la vida se basa en el deterioro de todas las cosas. Crecer y pudrirse, física, emocional y espiritualmente... y todo lo que aprendes solo sirve para sentirte más estúpido, que ironía. Y cuando nuestra relación empezó a deteriorarse, mi inocencia empezó a morirse poco a poco. Y ahora ya nada es seguro. Y ahora me acobardo por cualquier amenaza. Estoy considerando alejarme un tiempo para volver a extrañarte.

domingo, 5 de julio de 2009

Reciclaje


He comprendido que, a fin de cuentas, todos somos vulnerables ante los convencionalismos mediocres. Hace años que intento ser un poco más alternativo a la hora de tomar decisiones y elegir caminos, formas, modos... pero siempre termino cometiendo los mismos errores, repasando los mismos desengaños y perdiendo vilmente las mismas cosas. Y qué puedo decir de la sensación que uno percibe en todo el cuerpo cuando se aproxima una pérdida inevitable, ese pesar que hace que nos despidamos anticipadamente de todo eso que va a dejar de existir pronto. La angustia que toda esa situación causa, las molestas crisis de ansiedad y los consecuentes actos de autodestrucción que implican. De qué sirve tanta experiencia si al final siempre termina mal. Y pasa el tiempo y uno se vuelve cada vez más ridículo al actuar, más cínico y a veces hasta penosamente patético. Y al final, el sobreponerse a la adversidad solo es para evitar el que dirán, porque bien podría aceptar con miserable resignación la confortable pena acompañada de su cobarde autocompasión. Pero siempre soy un poco más "optimista" que eso y vuelvo a intentarlo de algún otro modo. Levantarse para seguir cayendo, dicen. Todo mundo se queja de que soy una persona que se queja mucho, pero nadie se da cuenta que todos somos igual de quejumbrosos. Y entonces al proceso de retomar el camino se le resta lo que comúnmente se conoce como apoyo moral, porque de principio a nadie le importa realmente si te está cargando la chingada. De tal manera que, los momentos difíciles para uno pasan desapercibidos para los demás. Inevitablemente comienza el proceso de descartar individuos de nuestra vida... es triste cuando las personas se convierten en un lastre del que debes deshacerte. Es más triste comprender que uno mismo, es un lastre del cual ya muchas personas se han deshecho. Y el mundo se convierte en un basurero, en cuya inmensidad estás perdido. Y todos somos desechables, por voluntad propia o ajena. Y no hay necesidad de ser hipócritas. No necesitamos tantos amigos, ni a tantas personas especiales. Con nuestro déficit de atención, con que trabajo podemos prestar atención a los más cercanos. Y yo sé que he permanecido en el limbo últimamente, que no me entrego al 100% a nada de lo que hago, que siempre estoy distraído. Posiblemente la mayor parte del tiempo estoy evadiendo responsabilidades, porque estoy en contra de una vida convencional y cuadrada. Y sé que gran parte de esas cosas que evado en mi vida, tienen que ver contigo. Porque soy un idiota y prefiero pasar mi tiempo solo a estar contigo. Y ahora sé que me estás dejando porque te has dado cuenta que también soy desechable. Que el amor conmigo, tiene un período de caducidad muy corto y no dura para siempre como en las películas. Sexo sin amor, sin luz y sin color una vez a la semana. Vas a deshacerte de mí. Y probablemente para estar con alguien más, porque así es la vida. Y yo no voy a hacer nada, porque así soy yo. Tú ya has visto toda la basura que hay en mí. Siempre habrá alguien mejor.

domingo, 21 de junio de 2009

Psicofonías.

Pensar en ti es como revivir un suceso trágico, como caminar solo en un bosque sin dirección y sin saber a donde mientras empieza a oscurecer. Esa sensación de metamorfosis en la que uno empieza a transformarse en fantasma y el lugar al que se pertenece no se vuelve sino un hueco en el suelo. Porque eres tú quien vive y yo el que desaparece poco a poco. Y sentir ese miedo cercano al terror cuando estoy solo en la casa y se escuchan ruidos que vienen de la oscuridad... y además el temor cuando siento como si alguien me estuviera viendo desde la ventana, cada noche, eso es pensar en ti. Se siente como si los espiritus malignos que deambulan cada noche en el patio, esperaran afuera por mí. Recuerdos demoníacos, eso son. Y todo es tan borroso cuando quiero ver más allá, pero tan nítido cuando trato de evadir la realidad. Es como si el mítico destino opusiera resistencia a todo lo que hago, o ¿es acaso que soy yo quien va siempre contra corriente y altero la armonía del espacio que ocupo? Aun no sé que caso tiene recordar tragedias y revivir dramas. El afán de poseer un corazón coleccionista de espinas, clavos, agujas y cualquier elemento punzocortante no es nada sano. Tanto dolor para sentirse vivo empieza a parecer ridículo. No es como si se disfrutara, puesto que eso sería masoquismo nada más. Esto es más como hacerse la víctima y sufrir de a gratis. Esas no son más que chingaderas. Pero cambiar es difícil. Tú intentaste cambiarme alguna vez y no lo conseguiste. Lo que cambió fue tu sentir hacia mí... nada más. Y todo aquello fue como una obra inconclusa. Tanto tiempo para no llegar a ningún lado. Me hiciste descubrir los ataques de pánico, malditas crisis de ansiedad. Terminar tirado en el suelo en medio de tanta desesperación y confusión es algo muy pesado. Pero el sufrimiento que importaba siempre era el tuyo. Celebrar que te fueras con otro fue puro sarcasmo. No es odio, pero si pudiera lastimarte de alguna manera lo haría sin pensarlo. Todo es tan triste cuando me doy cuenta de que no podré volver a ver el amor como la cura de todos los males. No es como en las películas. Ni siquiera es tan especial. Los te amo han quedado vetados de mi boca. Pero seguiré caminando por ahí, arrastrando mi cadáver. Buscando el lugar ideal para enterrarlo y prenderle una veladora. No tengo miedo, pero sé que duermes bajo mi cama. Ojalá despiertes algún día y te marches.



jueves, 18 de junio de 2009

Medidas preventivas para no caer en la maldición de una vida conformista.




Debido a ciertos cambios en el panorama mundial, la calidad de vida de gran parte de la humanidad se ha visto afectada gravemente en la actualidad. La globalización, como consecuencia del capitalismo decadente del que alrededor de 6 mil millones de personas somos víctimas en el planeta y que sirve para leer en internet pendejadas como ésta, nos recuerda al fruto prohibido del Edén y su tentador poder de saber más allá de lo bueno y lo malo, llevando consigo la terrible consecuencia de sentirse miserable y caer en la cuenta que la perfección se fue después de la pérdida de la inocencia divina, sumada a la vergüenza moralina de contemplar nuestros cuerpos desnudos tras un momento de pasión desenfrenada y el dolor crudo, físico, mental y espiritual al comprender nuestras propias carencias. El poder del conocimiento es grande pero, individualmente no estamos facultados para hacer uso eficiente de ello. El 10% de nuestra capacidad cerebral a veces no es suficiente, para hacer las cosas bien desde el principio y no tener que pasar por la penosa calamidad de cometer errores que nos cuestan más de lo que podemos pagar. Por lo menos todo ese egoísmo, que nos ha sido inculcado generación tras generación, debería servir para darnos cuenta de nuestros propios errores antes de fijarnos en los del vecino. Si bien sabemos que el pecado no está en equivocarse, sino en no darse cuenta a tiempo para remediarlo y volver a cometer la misma falta de nuevo... una vez tras otra. Por tal razón, la siguiente guía pretende encaminar a los incautos que van por la vida pretendiendo obviar sus propias fallas durante el transcurso de su corta y miserable existencia:

  • Pienso, luego existo: Es nuestra cabeza la que controla nuestros actos. Si la educación es obligatoria, no es tan solo por chingar sino más bien, es para contar con cierto nivel de conocimiento que nos permita proceder de manera civilizada y mantener cierta normalidad en nuestros actos. Por lo que es importante entender que si no se recibió una enseñanza adecuada después de graduarse de cierto nivel educativo, hay que seguir cultivando nuestra gnosis por medio de la lectura de material referente a las actividades que nos competen.
  • Apego a la historia universal: La importancia de los grandes actos históricos no reside más que en la manera en que apliquemos el ejemplo de los grandes personajes del pasado en el presente, cuando nos vemos reflejados en situaciones similares y necesitamos ayuda para lidiar con problemas que, normalmente, ya han sido resueltos antes (de manera menos compleja).
  • Alimentar nuestra imaginación: De nada sirve saber mucho, si no se tiene la facultad creativa de adaptar dichos razonamientos a las situaciones personales. La imaginación no tiene que servir necesariamente para crearse en la mente un cuento de hadas, sino para crear soluciones hipotéticas a partir del nacimiento de una idea o un concepto y pensar en la mejor manera de desarrollarlo.
  • Onanismo mental: La visualización es parte fundamental en el desarrollo de una idea y va de la mano con el punto anterior. Imaginarse en el momento de gloria puede dar, en la mayoría de los casos, la seguridad necesaria para conseguir exitosamente lo planteado (Ya me vi!!).
  • Egocentrismo objetivo: La ambición suele ser negativa cuando se hieren susceptibilidades en el proceso de materialización del concepto. Aun siendo una estrategia de naturaleza negativa, la consecuencia en el acto de conseguir todo lo que uno se propone termina siendo satisfactoria (Un ejemplo banal de esto sería, el hombre que ve a la mujer como objeto, usualmente termina por conseguirla). La importancia de esto recae en conocer si el objeto del deseo es tan solo un capricho o realmente tiene trascendencia en la vida del sujeto.
  • Planeación estratégica: Así como las empresas destinan un área específica a la planeación dentro de la organización, en la vida del sujeto debe existir un momento de reflexión para ordenar los objetivos por nivel de importancia, priorizar a la hora de planear. Después de haber trazado la mejor estrategia para desarrollar el plan, hay que llevarlo a cabo.
  • Erradicación de la desidia y los tiempos muertos: Darle vueltas al asunto no tiene más que un impacto negativo a la hora de tomar decisiones. Es, además de una pérdida deliberada de tiempo, un obstáculo para conseguir el éxito planteado al principio.
  • Reafirmación de la seguridad y concentración en el objeto: A veces las cosas sencillamente pasarían aunque no se tuviera que pensar tanto en hacerlas. Sin embargo, se piensan demasiado por la falta de seguridad y confianza. Los objetivos suelen ser vistos a una gran distancia y difíciles de alcanzar. A veces no hacen falta muchos sesos, pero sí demasiada seguridad. Para reafirmar la seguridad y confianza en sí mismos, hay que empezar por objetivos sencillos, fáciles de lograr. Y así poco a poco subir el grado de dificultad (hasta volverse invencible, conquistar el mundo y exterminar a la raza que más mal te caiga).
  • Darle al mundo por su lado: Decir lo que la gente quiere escuchar es muy fácil y fructífero a corto o largo plazo. A veces nos empeñamos tanto en expresar lo que sentimos (como parte de nuestra egolatría), que creemos que es más importante que lo que los demás puedan estar pensando. Lograr esa sintonía, te abrirá muchas puertas. Es recomendable, no extremar esta medida para no caer en la asquerosa afición de besar traseros y lamer bolas.
  • Paciencia y tolerancia: Sobre todo consigo mismo, es muy fácil caer en la desesperación cuando los objetivos no se consiguen de la manera esperada. Pero las cosas no suceden siempre de un momento a otro, siempre llevan cierto tiempo de maduración.
  • Ser feliz cada que se tenga la oportunidad: Siempre hay alguna razón para sonreír y satisfacciones para expresar nuestro gusto, la felicidad no es un estado absoluto y depende de cada situación, es demasiado relativa al momento que vivimos y al aspecto en que nos enfocamos. Lo cierto es que, la felicidad es una de esas cosas que deben expresarse al máximo. O en su defecto, al menos finge que la estás pasando bien.

jueves, 4 de junio de 2009

David Carradine


Goodnight Sweet Prince.
(8 de diciembre de 1936 - 4 de junio de 2009)
Carradine was found dead in his room at the Park Nai Lert Hotel in Junfan Mulay, Bangkok, Thailand. The initial police investigation indicated that Carradine had hanged himself and was found by a hotel maid sitting in a wardrobe with a rope around his neck and genitals.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Cirrosis Bar


El otro día, la beba Galván comentaba en nuestra mesa las bondades del marcador permanente utilizado como delineador para cejas, mientras Rogelio y yo hablábamos de negocios en un bar del centro. Es chistoso cómo siempre, en medio de una gran borrachera, la gente habla detalladamente de sus grandes proyectos a futuro. ¿Qué tanta certeza podrá haber en una charla trivial después de la ingesta desmedida de alcohol?, la verdad... quién sabe, pero lo seguro es que dichas habladurías son parte esencial de ese fenómeno necesario que es socializar. A veces hasta hay que esperar turno para proferir alguna sarta de pendejadas (es necesario liberar el alma por medio de la expresión oral, muy larga en algunas ocasiones), y opinar hasta de lo inopinable. No importa el tópico, el chiste es sentirse escuchado. A veces somos tan pequeños. Pero yendo al grano, ¡cuántas cosas puede uno hacer bajo el efecto encantador del dulce néctar de los dioses alcohólicos!: Maldecir desenfadadamente y con singular alegría, con la creatividad de un estibador de la central de abastos (también aplica la de chofer de colectivo); alabar los encantos de las lindas damiselas al pasar, como todo un albañil (que va! como todo un peón! esos muchachos tienen una gran inventiva y luego dicen cada ocurrencia!); agarrarse a golpes sin mayor motivo que el de que alguien nos vió feo... y pelearse como todo un valiente espartano pero, al final, terminar recibiendo todos y cada uno de los madrazos en la cara y hasta con algún diente roto; transformarse en galán después de 7 cervezas y ligarse a la tía más buena del lugar (aunque todos sabemos que ambos están muy lejos de la perfección); después de que todo el alcohol se acaba, volverse el tío rico de la bola de parásitos de sus amigos y derrochar completamente la quincena (bien habida o mal habida, qué más da!... malgastada al fin) pagando otras cuantas rondas; sacar al punk que lleva uno dentro y realizar cualquier cantidad de actos vandálicos en la calle, en propiedad privada o hasta delinquir en nuestra propia casa (arriba la anarquía hogareña!); bailar como Johnnie Baima, en compañía de personajes del mismo calibre (solo faltaría la sombrillita coqueta); hablar de política, fútbol, la farándula y el mundo del espectáculo y todas esas mediocridades de las que uno cree saber todo; disertar sobre Dios y nuestras diferentes teorías sobre el origen de la vida (en el fondo, usted sabe que está por descubrir el hilo negro de todas las cosas en cualquier momento, sobre todo en uno de briaguez); conducir como si nuestro auto tuviera turbinas y/o hasta piloto autómatico con sensor de obstáculos y ultra orientación GPS, para no meterse a calles en sentido contrario y en una de esas, encontrarse a una patrulla de frente. Qué más... uno puede hacer muchas estupideces en ese estado inconveniente. A veces, hay que reconocer que el alcohol le pone cierto sabor a nuestras vacías e insípidas vidas. Pero probablemente ese tan solo es el borroso punto de vista de un servidor (viendo a través de un vaso vacío). Vamos al Cirrosis Bar. ¿Quién se apunta?

martes, 26 de mayo de 2009

Identidad

Soy un reflejo en el cristal del vaso en que te ahogas, en agua de mar... en agua oscura. Soy el recuerdo culposo en tu mente cada que me engañas, cada que consigues enterrarme. Ya sabemos que el amor no persiste más allá de nuestras obsesiones, pero te empeñas en tratar... el amor es tu obsesión. Un corazón medio lleno, es un corazón medio vacío... las fugas eventualmente me dejarán seco. Un corazón seco, es un corazón seco. Tendrías que pararte en mis zapatos... podrias poseer mi cuerpo y mi mente... más no mi alma, que es la que siente todo eso que aun no logro expresar. Qué más da si crees que te pertenezco, que tienes derechos sobre mí... deberias comprender que nunca serás yo... porque la física... el espacio, el tiempo y la realidad, no son así. Soy la falta de brillo en tu mirada, perdida en el vacío, sobre el espacio opaco, el espacio inconsciente. Soy ese lapso de demencia cíclica que me hace olvidarte tanto que ya no puedo aborrecerte... la rabia se volvió letargo... la vida se volvió un amargo jarabe para la tos. La presión en el pecho... el aire difícil de respirar. Soy esa grieta que te hizo dudar en el camino... bajar velocidad y pasar con precaución. Soy ese retraso en tu vida... que te hizo perder tanto tiempo, tanto tiempo, tanto tiempo.





Manuel J. Ruiz

domingo, 24 de mayo de 2009

Sin derecho a réplica.


Sintiéndose pequeño en medio de tanta vanidad, con voces tras la espalda y desapareciendo de manera borrosa... volviéndose invisible entre los tragos, los murmullos, la gente. Sin atención, sin devoción. Sin tener que fingir el estado de ánimo. El mundo es tan perverso como uno quiera, pero uno queda tan excluido como los demás lo decidan. A veces hay que saber perdonar al tiempo. Todo el hartazgo que causa. A veces hay que saber juzgarse, y darse cuenta de lo horrible que es uno. Como cuando el entendimiento y la comprensión se asimilan a un abismo tétrico. Y sucede que en cuanto más aprendes, menos sabes. Tú y tu gran boca de nuevo. Estímame un poco más, estoy sintiendo la necesidad de aprobación... te doy tanta importancia y tú respondes con tanta indiferencia. Debo olvidarme de mis traumas. La paranoia... te vuelve tan vil ante los ojos del público. Debería dejar de ser tan ególatra. Tal vez así pueda besar uno que otro trasero sin sentirme tan hipócrita. También debería ser un poco más cómico... ultimamente ya no soy tan divertido. Ya no puedo lograr que la gente se ría de mí. Ya no puedo lograr que los bufones... se rian de mí. De hecho, creo que ya no me es fácil lograr nada. Debe ser el color de la habitación, podría ser que las técnicas del feng shui no se aplicaron correctamente. Y ahora soy una persona frustrada por culpa de las energias negativas. El karma! ¿Acaso no es chistoso el modo en el que responde la armonía universal a tus cochinadas? Escupe al cielo y sentirás esa brisa fresca en tu cara... esa brisa de "sobre advertencia no hay engaño". Déjate llevar con el flujo, sobre el flujo, sé el flujo! No digas o hagas nada que no hiciera yo. A veces pensar por cuenta propia suele convertirse en un pecado que puedes llegar a pagar muy caro. Que ni se te ocurra... "No hagas grandes planes, no van a suceder. Te irás al infierno por lo que tu sucia mente está pensando".