viernes, 6 de agosto de 2010

Hay esperanza y solo es ciego el que no quiere ver (29/10/07)


De verdad que algunas veces no tengo ni la menor idea de que madres es lo que estoy haciendo de mi vida. No es que se trate de estar confundido, simplemente a veces me doy cuenta que tengo tanta vida encima que no sé que hacer para ocuparme y además... disfrutarlo. No creo haber perdido la capacidad de sorprenderme. Simplemente las sorpresas no llegan, o solo me sorprenden las noticias negativas. A final de cuentas creo que las malas sorpresas influyen más en el estado de ánimo que las sorpresas buenas... La intensidad no es la misma.
Estuve divagando sobre lo inocente que me he dejado ver tantas veces; sobre la estúpida costumbre de preservar la 'esperanza' y darle tanta importancia a ese concepto intangible, que lo único que hace a veces, es hacerte perder tanto tiempo. Si te descuidas, la esperanza puede actuar como una enfermedad terminal y vivirás infectado el resto de tus dias. Eso es lo que es, una infección. Irreversible en ciertos casos, contagiosa en algunos otros. Aunque en estos casos, el contagio suele ser positivo. Lo malo de la esperanza es quedarse solo.
Vivir aferrado a una idea o enamorarte de ideas que van por la misma línea se hace un mal hábito. Según mi experiencia, he aprendido que no debes esperar nada de la vida, que no debes esperar nada de nadie... es algo inútil. Tal vez es motivador o inspirador el estar espectante, el "tener una razón para vivir", pero creo que la vida no debería ser así... porque las oportunidades que llegan de pronto, sin avisar... tienen mejor sabor que cuando el objetivo es fijo y al obtenerlo, no es lo que esperabas. Bueno, ¡qué sé yo de sueños realizados!, solo sé que algunas de las mejores cosas que me han pasado en la vida, ocurrieron sin imaginarlo, sin esperarlo... sin saber que me harían tanto bien. Pero ahora, el presente de nuevo es incierto... y creo que estoy "infectado". Lo peor, es que no sé ni siquiera que es lo que espero y eso me agobia. Porque he tenido crisis de ansiedad... ya no distingo entre mis prioridades y lo que intento creer me es indiferente. Estoy perdiendo mis capacidades, mi colmillo... mi malicia. Cuando las cosas marchan bien, empiezo a sentirme culpable porque tengo la noción de estar hiriendo a alguien a cambio de mi bienestar. Que yo me encuentre bien, quiere decir que alguien más lo está pasando mal. Pienso demasiado en los demás. ¿Por qué no puedo ser un poco más egoísta y dejar de pensar si alguien sufre mientras yo la paso bien? Pero, ¿quién dijo que la felicidad no era solo una consecuencia del egoísmo? La felicidad: el egoísmo en su máxima expresión. Oh no! I've said too much... I haven't said enough... el sabor ácido no se desvanece tan fácilmente. Necesito algo para funcionar correctamente, pero aún no logro identificar dicha carencia. Y no sé qué esperar...


29 de octubre de 2007.
(Rescatado de mi ex blog: es curioso leer lo que escribiste años atrás y recordar eso que sentías en aquel momento... peor aún, confirmar que el deterioro tan solo ha progresado, ja!)


No hay comentarios: