lunes, 1 de febrero de 2010

Naranjas dulces

Tiene algunos meses que no escribo nada por aquí. Ha sido un período de pérdida de creatividad y otras habilidades expresivas, que normalmente suelen ser temporales. He estado bajo la falta de presión y en medio del vacío de responsabilidades y me estoy acostumbrando a no tener ni la mínima gota de obligaciones o pendientes. Casi todo proyecto se muere en la planeación y no logro encontrar la idea salvadora para conseguir dinero sin tener que caer en la trampa de un trabajo rutinario y mal pagado como los que suelen haber disponibles para la gente como yo en este lugar. Sé que todo depende de mí a fin de cuentas, pero ojalá el panorama fuera un poco más transparente. Luego es como buscar la aguja en el pajar (un pajar de 10 mil km cúbicos) sin saber por donde empezar. Ahora empiezo a entender en carne propia cuando los viejos, los abuelos se quejan de sentirse inútiles. Mi propia culpabilidad de no sentar cabeza y volverme realmente responsable me frena de disfrutar el tiempo haciendo otras cosas, dándole gusto al gusto, aprovechando el ocio... soy más bien como un ermitaño, esa sería la descripción perfecta. Soy de esas personas que luego hasta se la llega a creer que en línea se puede resolver todo... sabiendo de principio que las cosas no son así. En fin, hoy desperté temprano... el verde de los árboles por la ventana se ven motivadores para salir a hacer algo allá afuera, pero yo sigo aquí escribiendo algo que igual y nadie va a leer. Necesito dinero para largarme de aquí.


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